En 2019, el colectivo Compositoras y la Secretaría de Extensión y Cultura de la FCEDU compartieron la organización del ciclo que tuvo como sede al Auditorio «Rodolfo Walsh» de nuestra casa | La función de cierre será este jueves 5 de diciembre a partir de las 21:00, donde las ocho artistas que participaron del ciclo 2019, compartirán el escenario
«Desde la Secretaría de Extensión y Cultura trabajamos con la idea de que un modo de participación en la vida social de la universidad es activar derechos culturales. Con esta idea encaramos la coorganización del ciclo Compositoras que expresa un colectivo de mujeres abocadas al trabajo cultural en la maravillosa tarea de componer», sostiene Juan Manuel Giménez, titular de la Secretaría.
En ocho funciones, compositoras de distintos géneros y estilos convergieron en la propuesta, que aportó al establecimiento «del Auditorio como un espacio en el circuito cultural de la ciudad. Lo habitaron diversos públicos de un manera sostenida cada mes y con una muy buena convocatoria». Además, se produjo un material audiovisual por cada función.
A través de la articulación con el Taller de Fotografía del Departamento de la Mediana y Tercera Edad, sus estudiantes accedieron a registrar las funciones y mostrar sus trabajos. «Esto multiplica los esfuerzos y produce encuentros de trabajo cultural muy ricos», señala Giménez.
Un colectivo de compositoras
Por su parte, desde el colectivo Compositoras, Paola Nuñez remarca la experiencia musical de cada una y lo rico del encuentro: «Hay gente que nunca ha trabajado en una experiencia colectiva y otras que ya venimos trabajando hace mucho. En este caso, cada una ha trabajado en el recital suyo en particular, se ha abocado específicamente a la música, y en el recital de las otras ha trabajado en lo que es la producción de ese recital. Eso hace que vos sientas que atrás tuyo hay un respaldo, para algunas que son mas jovencitas u otras que muestran por primera vez sus cosas, marca una gran diferencia».
Compositoras es un colectivo que viene funcionando desde 2018 y «la idea es seguir el año que viene con ocho mujeres más»: «Ya tenemos proyectos para el año que viene, así que esta idea de conformarse como grupo desde los recitales realmente da resultados fantásticos. Entender que la creación de la mujer es extremadamente importante, que es posible estar presentándonos, que es posible que nos plantemos con nuestras músicas y que sean conocidas y que nos puedan comenzar a llamar», enfatiza Paola.
En ese sentido, la Ley de Cupos es un gran puntapié, que el movimiento de distintos colectivos de mujeres ha posibilitado a nivel nacional: «Hay montón de festivales donde no hay presencia de la mujer, donde todavía se sigue diciendo que la mujer no sabe tocar, que no compone, que solamente canta y es una chica linda. Esta ley de cupos que ha salido ahora habla de toda esta gestación de colectivos de mujeres que nos hemos juntado y hemos empezado a visibilizar nuestra creación».
Brenda Espinosa cuenta que «la construcción del colectivo se fue dando, fecha a fecha y fuimos aprendiendo cada una que rol mejor ocupaba. Lo que más me gustó fue el respeto y la flexibilidad ante las diferencias, tenemos estilos y búsquedas estéticas muy diferentes y eso no fue en desmedro de la dedicación y el amor que pusimos todas en todas las fechas». Eso, dice Brenda, lo posibilita la música: que «tiene ese poder infinito de unirnos», «olvidarnos un poco de nosotros mismos para integrarnos a un todo que a veces es un refugio, es el hogar, es la medicina».
Gabi Zonis, por su parte, dice que la experiencia además de un gran aprendizaje fue un honor: «Honor por compartir con artistas que me enseñaron de absolutamente todo: desde lo vincular, lo humano, lo artístico, lo musical, lo escénico, a la buena onda, las vibras, la conexión».
Para terminar, Antonella Squilachi, Adalgis, advierte que «haber dicho que sí al proyecto Compositoras fue, es y será un regalo enorme que me permití recibir».
Fecha: 3/12/19
