La presentación de los talleres de canto y percusión, impulsados por la Secretaría de Extensión y Cultura de la FCEDU y la Coordinación de Asuntos Estudiantiles, se realizó el jueves 19 de diciembre en el Auditorio «Rodolfo Walsh». Una noche de celebración y ritmo en la que las y los integrantes de los talleres, junto a sus docentes, mostraron lo recorrido durante la segunda mitad del 2019.
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Acerca de los talleres
Fue un proceso “muy nutricio para mí y para ellos también”, resalta la artista Emilia Cersofio, coordinadora del taller de canto: “Lo que se pudo trabajar por la cantidad de personas que somos es el cantar, el largar la voz, el animarse a cantar. Obviamente, hubo muchas pautas técnicas que se brindaron pero el taller sirvió más que nada para romper esa barrera entre el canto y el no canto”.
Trabajaron afinación, nociones de altura, ritmo. Hicieron juegos y cantaron melodías populares. Después cada persona propuso una canción con la que trabajarían a lo largo de año y se armó un repertorio amplio. “Todos tuvieron su momento de que se cante su canción en el grupo. En algunos trabajamos más el ritmo, en otros el fraseo, en otros la interpretación, el oído, cómo reconocer los sonidos”.
Adriana Bruselario, quien coordina el taller de percusión, cuenta que apuntó a trabajar para “conocer y experimentar un lenguaje de improvisación que se da a partir de señas”. Esas señas las da una dirección, un director o directora que está frente al grupo y marca o va proponiendo señas que tienen que ver con conceptos musicales. Cada quien toma esa seña y la traduce en música.
“Esto es lo más rico de este trabajo de la improvisación grupal: en el taller había gente que ya había tocado, gente que nunca se había encontrado con un tambor y eso no es algo que obstaculice, más bien nutre el trabajo grupal”, resalta Adriana. “Hemos trabajado mucho el tema de los roles que tiene cada tocador y tocadora en el ensamble, se probó jugando estar también en el rol de dirigir. Más que que un taller de percusión donde se aprendió técnica de un tambor especifico, lo que se hizo fue en realidad encontrarse con un instrumento y sacar lo que uno trae y eso es sumamente importante para lo que se está construyendo a nivel colectivo”.
Joaquín Esquivel, estudiante de la FCEDU, participó del taller de percusión por señas y reconoce que “está buenísimo la forma en que lo plantea Adriana, la relación muy de par a par”: “Cada uno pudo ser en un momento director del ensamble, con las señas que ya sabíamos dirigir a compañeres, y Adriana pudo participar del ensamble, como una más. Fue muy enriquecedor, conocimos diferentes toques de estilos musicales, por ejemplo chacarera, festejo, cumbia, ritmo afro y esta buenísimo. Uno que es más principiante en el tema no se imaginaba que podría llegar a estar tocando semejantes ritmos”.
Adriana cuenta que al correr el tiempo, quienes participaron del taller fueron encontrando seguridad para compartir “desde la intuición” y “eso es lo más lindo”: “eso que cada uno comparte es un ladrillito que se junta con otro ladrillito, que se construye y empieza a sonar la música”.
Junto al taller de canto, participaron improvisando en la Marcha del Orgullo Disidente y, además, se presentaron en Orígenes, un espectáculo conjunto con el taller de narración del Departamento de la Mediana y Tercera Edad. “Fue toda una experiencia nueva para mí y para los participantes del taller de percu, pensar algo conjunto con textos que se narraban y poder musicalizar eso que se estaba contando. Terminamos muy contentos y contentas de compartir con las narradoras”.