Como parte de las actividades por el 7J, se llevó adelante un panel virtual con la participación de Milena Frank de Revista Barriletes, Bárbara Favant de Periódicas y Claudia La Negra Albornoz de La Garganta Poderosa | Contaron las experiencias de sus medios, cómo están atravesados por la pandemia y cómo es la cobertura del coronavirus desde las otras voces
Barriletes empezó su camino en 2001, en medio de la crisis, como una herramienta laboral para familias, además de un proyecto de comunicación paranaense. Milena Frank, coordinadora actual de la revista, contó que por tratarse de una revista mensual, de venta en la calle, en el contexto de aislamiento que produjo la pandemia, el equipo barriletero tuvo grandes desafíos. «Fue algo que nos pegó bastante fuerte por diferentes cosas: en principio porque el grupo de vendedores no podía salir a vender la revista. Muches venden en diferentes puntos de la ciudad y afueras de Paraná, y otres tienen clientes fijos. Lo debatimos y nos hizo repensar la venta online de la revista, sacamos algunos combos, creamos un fondo común para que se distribuya equitativamente entre les vendedores. También se fue complejizando el acceso de internet y complicó la creación de contenidos. Y se complicó el tema de la impresión, porque la imprenta no recibía los insumos», resumió. Además, destacó, «estuvimos pensando mucho y debatiendo cómo articular, en relación a la violencia institucional, porque a los vendedores aún con su certificado y todo, les costó salir a vender las revis por los controles policiales».
La revista Barriletes forma parte de ARECIA, la Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina. Milena contó que desde la red se hizo un censo que mostró que 8 de cada 10 publicaciones culturales independientes no pudieron salir en estos meses. «Es un número para atender, bastante alarmante. Nos trae un montón de preguntas sobre qué va a pasar, con estos medios comunitarios y populares», sostuvo. «Esta situación también nos trajo preguntas sobre cómo pensamos nuestro medio en relación a la virtualidad, de repente, la revista Barriletes está muy ligada a los encuentros, es una revista que sale en papel, no tenemos el desarrollo en la virtualidad».
También está ligada a los encuentros, desde el propio proceso de producción: «Por ejemplo, Gustavo, uno de nuestros compañeros, es de la comunidad qom y él tiene una sección donde va comunicando distintas noticias de comunidades de todo el país. En su casa no tiene internet, entonces estuvimos trabajando por WhatsApp. Y eso nos pasó con diferentes compas. Yo tengo la tarea de recibir los mensajes y después transcribirlos y así vamos armando las notas, de esa manera. Es una particularidad que fue la forma que encontramos para trabajar y también habla de estas situaciones y del proceso de la comunicación comunitaria».
Una situación destacable es que llegaron a la redacción de Barriletes más mensajes de lectoras y lectores: «Fueron llegando muchos escritos de distintas personas que querían contar cómo estaban vivenciando la cuarentena. Nos ha acercado a nuestros lectores y a intercambiar».
Por último, Milena Frank resaltó que el equipo está muy activo pensando y debatiendo «qué lugar tenemos como medio en relación a los medios hegemónicos. No buscamos una comunicación que se vincula al negocio sino como una experiencia, como un proceso de emancipación. Retomamos las voces de los otros para cuestionar qué es el otro en la comunicación. Y se vienen procesos de pensar más relaciones con la radio. Somos una radio comunitaria además de una revista».
Por su parte, Bárbara Favant, periodista integrante de Periódicas, describió al medio lanzado en 2019, como «un medio colaborativo que conformamos 20 mujeres, lesbianas y trans de la ciudad de Santa Fe». La historia es previa al lanzamiento del sitio digital: «A partir de la cantidad de femicidios, del Ni una menos, de que la violencia machista iba subiendo en la ciudad, conformamos el grupo de periodistas feministas, en primera instancia, donde llegamos a ser como 60 trabajadoras de la comunicación que buscábamos tener una perspectiva de género y estar vinculadas».
Luego, un grupo de esas trabajadoras de la comunicación, tomó la decisión: «abrimos nuestro propio medio porque nos parecía que no había un medio feminista que mirara la política y la actualidad, desde ese lugar». Cada integrante del equipo viene de distintos lugares de la comunicación, «nos complementamos bastante bien. En este último año, algunas se fueron porque no podían seguir, otras se sumaron. Hoy en día somos 19 y mantenemos esa planta», contó Bárbara.
En un año de trayectoria, han logrado sostener una gran cantidad de visitas a la web, la producción de especiales y de podcast en plataformas. «El mayor desafío es lo monetario. Si bien coincidíamos en que esta venía a ser una militancia, la intención es que podamos generar trabajo, hacer que a la larga sea un segundo empleo formal y que podamos sostenerlo en el tiempo. El problema es la pauta oficial, cómo se reparte esa pauta, que es una limitante para que existan otras voces y otros medios y que se sostengan», subrayó. Mientras dan la discusión, el medio recibe el apoyo de suscriptoras y suscriptores.
La pandemia marcó una agenda, que desde Periódicas se abordó con la perspectiva que las atraviesa. En un contexto en que la violencia de género se recrudeció pero costó que llegaran las denuncias, Periódicas siguió la problemática y la relevó. También detectaron problemas con el acceso a la ILE, sobre todo en el norte de la provincia de Santa Fe, y con el acceso a la hormonización por parte de las personas trans.
María Claudia La Negra Albornoz fue quien contó la experiencia de La Garganta Poderosa, una revista impresa que también nació como una herramienta, pero más que económica, de visibilización: «Necesitábamos mostrar lo que se hacía en las villas y los barrios populares, que no era violento y espantoso como siempre nos representan, y también mostrar el abandono que sufren en toda la Argentina, y en Latinoamérica también, los barrios populares y las villas».
Desde 2011 a esta parte, la revista logra «poner en agenda lo que nos pasa, cómo nos pasa y por qué nos pasa. La Garganta es una cooperativa y entrar a las redacciones es encontrarse con compañeras y compañeros de las villas que están aprendiendo el oficio de saber y poder contar lo que nos pasa. Es una herramienta política muy fuerte y estamos orgullosas y orgullosos de ser parte».
La Negra es parte de La Poderosa y de La Garganta desde hace tres años y medio, pero nació como luchadora popular en la ciudad de Santa Fe, desde el barrio Chalet, después de la inundación del 2003. «Ahí descubrí que algo sabía comunicar, que algo sabía decir y que se lograba una recepción, incluso, desde los medios hegemónicos. Ahí aprendimos qué era el cerco mediático, a quiénes respondian los medios, cómo se monopoliza la comunicación y cómo había que romper eso», contó. También hizo radio en la FM Chalet, radio comunitaria de la que fue directora: «En ese lugar empezamos a entender cómo se puede incidir en la agenda púlblica y después de varios recorridos y de pasar por otras organizaciones, como el Foro contra la Trata, llego a conocer La Poderosa».
Descubrió que no era sólo un medio de comunicación «sino era un movimiento social con un recorrido muy grande y raíces muy profundas en los barrios populares». Se organizó la asamblea de Chalet en Santa Fe y desde entonces la comunicación es un trabajo cooperativo, tanto como el trabajo del lavadero de autos que gestionan, el emprendimiento de panificación y el centro cultural Marielle Franco. Además de las vecinas y vecinos del barrio, «hay gente que está muy dispuesta a dejar tiempo –como en la militancia de los 70– universitarias y universitarios que tienen otras herramientas y están dispuestos a dejarlas al servicio del pueblo empobrecido».
Después vino la experiencia de «La mirada poderosa», en el programa de Marcelo Zlotogwiazda en C5N: «Tres mujeres en un programa de política, del prime time de la televisión, irrumpiendo en una agenda muy difícil», la describe Claudia. «Fue un gran desafío y tener a Zloto, al lado un gran aprendizaje». También tuvieron un segmento de radio en Nacional Rock que «con la pandemia se cayó por la conectividad».
«No es fácil hacer el surco en los medios hegemónicos, todos tienen intereses. La pauta te cierra un montón de bocas», agregó, en sintonía con las palabras de Bárbara. Desde el inicio de la pandemia, «Ramona venía denunciando lo que estaba pasando desde la villa 31 e inclusive C5N la silenciaba cuando nombraba a Larreta y a Santilli».
Sobre la situación de Ramona Medina, la Negra compartió que «es un dolor enorme, porque hay muchísimos compañeros y compañeras que son parte del movimiento social, que están laburando en la barriada y hay muchos muertos, no solamente Ramona. Están en la línea de fuego, en los comedores. Zavaleta tiene a todas las madres de los comedores infectadas. La pandemia terminó iluminando la desigualdad, mostrando que no se hicieron las obras en las villas y que no hay agua. Como siempre hay dos ciudades. Por eso decimos barrios empobrecidos y no pobres, porque hay una causa para nacer del otro lado de la línea».
Fecha: 17/06/2020