Las dos publicaciones científicas con mayor trayectoria de la FCEDU han ingresado recientemente a catálogos de prestigio como Latindex y el Núcleo Básico de Publicaciones Científicas Argentinas de CONICET y posicionan a la producción académica y científica de la Facultad en un escenario regional con prospectiva internacional | A partir de la creación de un Área de Gestión Editorial en 2017, coordinado por Marina Hedrich, el trabajo articulado entre este espacio y directores de las revistas ha permitido el crecimiento de las publicaciones | En esta nota repasamos el derrotero de una política institucional editorial que avanza a paso firme con el compromiso de socializar la producción de conocimiento, eje fundamental de la Universidad pública
En noviembre de 1998 apareció el primer número de la revista El Cardo, bajo el título de edición: «La enseñanza como práctica política». Andrea Víttori, actual docente de la FCEDU, era por entonces estudiante de Comunicación Social y su proyecto de pasantía fue llegar a ver el número impreso. Nació de esa manera la primera revista académica de la Facultad, que dirigiría la Prof. Liliana Petrucci: una revista del área de didáctica, centrada en las preocupaciones y problemas que atraviesan, precisamente, al campo didáctico y a las prácticas de enseñanza, aprendizaje y evaluación.
Un año después, en 1999, salió a luz el primer número de del Prudente saber y del máximo posible de Sabor coordinado por las y los docentes Sebastián Román, Andrea Víttori, Mara Rodríguez y Marcelo Bechara. Con un consejo editorial y académico con referentes de investigación de nivel internacional, hace ya 20 años que la revista publica artículos de Humanidades y Ciencias Sociales.
«Con una historia de dos publicaciones, veníamos viendo la necesidad de generar un espacio institucional que de manera sistemática pudiera viabilizar la gestión editorial y aspectos que uno como director o, con colaboraciones ad honorem, venía siendo muy difícil sostener, por ejemplo, la periodicidad de la revista», cuenta Sebastián Román, director de del prudente Saber… y ex secretario de Investigación y Posgrado. Precisamente, en su gestión es que se llevó adelante el pedido de concurso para un cargo que coordinara un Área de Gestión Editorial de la FCEDU.
La Lic. Marina Hedrich ganó el concurso y el espacio comenzó a funcionar en 2017, dependiente de la Secretaría de Extensión y Cultura. «El Área de Gestión Editorial viene a sistematizar la producción de estas dos revistas de trayectoria y a trabajar en los estándares de las revistas científicas. Estándares de calidad, de evaluación, vinculados a las políticas editoriales, a las cuestiones estéticas. Es todo un trabajo que empezamos a desarrollar en vinculación con los directores y que implicó que la Facultad nos haya apoyado políticamente y nos haya dado acceso a capacitaciones, como la de manejo de la plataforma OJS (Open Journal System), que es una plataforma de acceso libre y gratuito que nos habilitó a darle visibilidad a las publicaciones desde lo digital», resalta hoy Marina Hedrich, coordinadora del espacio.
En ese sentido, Román sostiene que ya venía trabajando en la posibilidad de indización y en cuestiones que «el ingreso a estos espacios de reconocimiento de las producciones científicas iban demandando, por ejemplo, la conformación de un consejo asesor con colegas de México, Alemania, España, otras universidades de Argentina; la consolidación de un consejo editorial con colegas de la Facultad y también de otras universidades». A partir de la creación del Área, del prudente Saber… ha avanzado en múltiples indizaciones; ingresó en 2019 al catálogo de Latindex y, recientemente, al Núcleo Básico de Publicaciones Científicas Argentinas que depende del Caicyt-Conicet. Además forma parte de Malena, REDIB, ROAD y DOAJ. El Cardo, por su parte, también acaba de ingresar a Latindex y a Malena.
«En el caso de del prudente Saber…, fue decisiva la gestión del área en el ingreso al cátalogo de Latindex y al Núcleo Básico de Publicaciones Científicas Argentinas, lo cual ubica a la revista en un grupo de publicaciones que son evaluadas con los más altos estándares de calidad internacionales. No sólo es un importante logro para la publicación sino también para la Facultad. De hecho, la publicación da cuenta de la producción editorial y de la circulación y producción de conocimiento que se realiza en una revista científica de investigación y la Facultad queda posicionada en un lugar, como nosotros consideramos que debe ser, de visibilidad y protagonismo en la producción y circulación de conocimiento, tanto a nivel nacional como regional y con prospectiva internacional», remarca Sebastián Román.
Asimismo, «como director de la publicación también implica un desafío», destaca. «Más que ubicarnos en un lugar de confort, nos sirve para ir motorizando nuevos desafíos en función de mejorar la publicación y de apostar a la comunicación científica. Hemos tenido publicaciones de México, de España, de toda Argentina y eso también va generando cierta comunidad, en el sentido de la socialización del conocimiento, que es otra de las funciones básicas de la Universidad: que lo que producimos los investigadores que trabajamos en las universidades públicas se visibilice de distintos modos y uno de ellos, fundamental en el campo científico académico, es a través de las publicaciones. Esto lo potencia. Estamos contentos por los logros a los que hemos llegado pero ya estamos pensando en otros umbrales para ir mejorando».
Nuevos desafíos
Marina Hedrich señala que desde el 2017 hasta este 2021, «venimos haciendo un trabajo sostenido en el tiempo con un equipo reducido». La pandemia, además, catalizó un proceso de digitalización de las revistas que implica redoblar esfuerzos: «Esto trae un proceso de trabajo, que además de completar numerosos formularios para las indizaciones y gestionarlas, incluye la convocatoria, la recepción de los artículos, la articulación con los directores, con los autores, con los evaluadores, con el Área de Gráfica, con la secretaria de Redacción, que es María de los Ángeles Rodríguez en el caso de del prudente…. En El Cardo, Vanesa Collet y Laura Rossell empezarían a trabajar este año en la revisión de normas editoriales», cuenta Hedrich.
Hasta este momento, el equipo de trabajo ha estado conformado únicamente por ella y dos becarias de formación, en distintos periodos, ambas de la Tecnicatura en Producción Editorial de la FCEDU. En ese sentido, «pensamos al área como un espacio de formación, porque hay un acervo de conocimiento que tienen estudiantes y egresados que en el área podemos desarrollar en conjunto», destaca.
A su vez, del área depende la actualización del Catálogo de Publicaciones de la FCEDU, que surgió de una práctica curricular. En el catálogo están alojadas otras publicaciones que no tienen el carácter de revistas científicas, como Posta y Mal de Ojos, además de libros editados. Por su parte, el último año, las tres publicaciones científicas de la FCEDU –del prudente Saber…, El Cardo y Educación y Vínculos– pasaron a estar alojadas en el Portal de Publicaciones Científicas de la UNER. «Hay una política editorial que se está organizando a nivel de la Universidad para lograr un portal de publicaciones científicas que sea reconocido. Y se está trabajando para unificar criterios en cuanto a políticas editoriales, normas, estándares», relata Hedrich.
Entre las satisfacciones de los logros alcanzados, aparecen las nuevas metas. Según la coordinadora del área, «nuestro desafío, ahora, es que las publicaciones sean semestrales, llegar a cada vez más autores e investigadores de otras universidades y apostar a profesionalizarnos en la publicación digital, que tiene un montón de aristas. La mayoría de las publicaciones que tomamos como referencia, como puede ser La Trama de la Comunicación de la UNR, nos muestran que es cada vez más la necesidad de ingresar a catálogos indizados. Eso significa mayor trabajo y necesidad de ampliar el equipo de trabajo».
Precisamente, en la última sesión del Consejo Directivo se aprobó el llamado a un nuevo concurso, en vistas a conformar un equipo de trabajo en el Área de Gestión Editorial, con mayor estabilidad, y «profundizar una línea de trabajo y una política editorial que siga posicionando a la Facultad como espacio de producción de conocimiento», señalan ambos entrevistados.