Una producción de Greta Bellmann y Brenda Schönfeld
en el marco de su tesis de grado de la Licenciatura en Comunicación Social:
“Efecto Mariposa: sitio web para divulgación de investigaciones producidas desde la FCEdu-UNER”
Distintas lenguas habitan el mundo que se expresan a través de diversos registros, y la relación entre ellas suele ser compleja | El bilingüismo es la perspectiva que plantea otro modo de enseñar español escrito a la comunidad sorda.
La comunicación es uno de los factores fundamentales que nos constituye como sujetos que viven en sociedad y se encuentra atravesada por una cultura. Nuestra historia y vivencias nos han dado las palabras y expresiones que utilizamos, con las que contamos nuestras sensaciones, modos de percibir el mundo y nos relacionamos con los otros. Estas varían según el país, y la lengua o lenguas que allí se utilicen.
Además, dentro de un mismo continente pueden comunicarse de distintas formas, lenguas o idiolectos. Por ejemplo, a través de la lengua de señas que debe relacionarse constantemente con otras como el español o castellano que comprende otro alfabeto, otras expresiones y se manifiesta a través de distintos medios. La relación entre ellas puede ser compleja por el cambio de registro en el que se presentan, principalmente si una se afirma como la lengua principal, dominante imponiendo sus reglas y modos ante las otras. A estos factores también se suma la discriminación que sufren las personas sordas al construir la sordera como una deficiencia. En este contexto se dificulta la enseñanza y aprendizaje de la lengua de sordos que posee términos y expresiones propias, incluyendo también la discriminación que sufren los sordos. Entonces, ¿cuáles son las prácticas de enseñanza de lectura y escritura del español a la comunidad sorda, entendiendo que existen diferencias en el modo de comunicarse, en los conceptos y los medios?
Un equipo de investigación de la Facultad de Ciencias de la Educación, conformado por Marina Chaves, Vilma Strada, Antonella D’amello, Luciano Albercht, dirigido por Sonia Luquez y Carina Muñoz realizaron una investigación, titulada Aprendizaje de la lectura y escritura en la comunidad sorda. Un estudio descriptivo en situaciones de la Escuela de sordos y la Universidad. A través de ella buscaban “explorar y describir las prácticas de lectura y escritura de sujetos sordos adultos, jóvenes y niños en contextos académicos y escolarizados […]”. Trabajaron con un grupo de estudiantes que asistían a la Escuela Integral Nº7 Edith Fitzgerald y otros que cursaban en la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER).
La comunidad sorda ha sido estigmatizada en diferentes espacios, así se estableció a la sordera como una deficiencia auditiva que debe ser reparada y una discapacidad que disminuye las habilidades cognitivas de los sujetos. Esta investigación se posiciona desde una perspectiva que plantea renunciar a la idea de una normalidad única para desnaturalizar la discapacidad. Implica correrse de la mirada tradicional médico-rehabilitadora denominada Oralismo y pensar otros modos de enseñar a leer y escribir para una comunidad sorda que se comunica principalmente a través de otro lenguaje. En relación a esto, las y los investigadores promueven la educación desde el Bilingüismo que reconoce a los sordos como una comunidad que posee lengua y cultura propia desde la que aprenderán español escrito. Esta lengua se establece para la comunidad como extranjera ya que posee otros términos, alfabeto y modos de expresarse. Así se parte de reconocer la igualdad de derechos y la diferencia entre los sujetos, tomando distancia de las corrientes que se construyen desde ideas rehabilitadoras y normalizadoras.
En Argentina se firmó en el año 1999 un Acuerdo Marco para la Educación Especial, a través del cual se impulsa la Educación Especial Bilingüe para los alumnos sordos. Sin embargo, en Entre Ríos las escuelas aún dependen de la Dirección de Educación Especial y se negaron a adecuarse a la Modalidad Intercultural Bilingüe, continuando con la estigmatización de las diferencias culturales y sin reconocer a la comunidad sorda como minoría lingüístico-cultural. Igualmente, el acuerdo nacional firmado hace 20 años no garantiza que se respete esta modalidad de enseñanza, porque los cambios necesarios son más profundos y requieren un proceso mucho más complejo.
En la actualidad (con los avances tecnológicos en comunicación) saber leer y escribir correctamente es una herramienta que se vuelve indispensable para la comunidad sorda, ya que les permite interactuar con otros a través de las redes sociales y los chats. Como afirman los/las investigadores/as, en el país la mayoría de integrantes de esa comunidad egresa de la escuela sin un dominio suficiente del español escrito. De este modo, plantean que es relevante pensar la apropiación de la escritura desde una modalidad gramatical específica denominada “estilo sordo”. Esto implica aceptar una apropiación particular de la lengua, y reconocer que la escritura de los sordos presenta modalidades gramaticales específicas que se encuentran en relación con la Lengua de Señas Argentina (LSA).
En la experiencia
El grupo de investigación de la Facultad de Ciencias de la Educación se interesó en las situaciones de lectura y escritura que se generaron en la escuela de sordos y la universidad para reconocer cuáles son las dificultades y logros que se presentaban en las interacciones entre las dos lenguas. La escuela se organiza en dos ciclos equivalentes a la escolaridad primaria, y lleva a cabo un proyecto de educación bilingüe donde la LSA es central, ésta se enseña a través de intérpretes, maestros oyentes y con adultos sordos que tienen contacto con la lengua.
Para realizar el trabajo de campo se plantearon dos grupos, uno conformado por sujetos adultos usuarios habituales de la lengua de señas que enfrentan prácticas complejas de lectura y escritura, el otro por jóvenes en edad escolar que están comenzando a conocer la lengua de señas argentina (LSA) y la cultura escrita al mismo tiempo.
Los investigadores asistieron a varias clases dictadas en la escuela y entrevistaron a alumnos de la universidad (UNER). El registro de estos encuentros se realizó a través de la escritura, donde se distinguen las intervenciones en español hablado y las interpretaciones de LSA; por otro lado, se video grabaron las clases, procurando no ser invasivos y no corromper el ambiente generado. El grupo de investigación realizó un curso de formación en LSA y participaron como alumnos estudiando la legua de señas al mismo tiempo que registraban el aprendizaje de los otros, planteando una investigación con la comunidad sorda y no sobre ella. Ellos relatan que “La aproximación al aprendizaje de la LSA con un profesor sordo nos permitió una experiencia vivencial de los intercambios de LS-español hablado y, en particular, un acercamiento reflexivo desde el punto de vista del académico oyente que intenta aprender la lengua de señas”.
A este modo de abordar una problemática para estudiarla se lo conoce como «observación participante». En su transcurso no se observa desde un lugar externo sino que se parte de una interacción más íntima y cercana, planteando otro tipo de vínculo con el grupo estudiado. Al respecto, los/as investigadores/as resaltan el valor de correrse del modo establecido de producir conocimientos y cómo esto se ve reflejado en los resultados. Ellos afirman que pudieron “revalorizar lo que se produce al situarse como observador participante atento, justamente, a esa relación de implicación”.
A partir de lo recolectado, analizaron las prácticas de lectura y escritura de la comunidad sorda no reducidas a la codificación/decodificación del producto sino a las situaciones de interacción social en sí, en el cual también se reflexiona sobre el uso de las lenguas, su gramática y su escritura. Además pudieron tener un acercamiento reflexivo al implicarse de manera activa en el proceso de conocimiento. Así se establecieron dos términos para hacer referencia al grado de apropiación de ciertas prácticas desde una mirada positiva de la situación: usuario novel de una lengua o escritor debutante se oponen a expertos-inexpertos. De este modo se plantea una equiparación entre sordos señantes expertos y escritores debutantes.
La conclusión a la que arribó el equipo es que la comunidad sorda experimenta estigmatización y exclusión, por lo que tiene derecho a una educación en su propia lengua, desde una pedagogía inclusiva que reconoce las diferencias. Por ello es fundamental la enseñanza del español escrito a través del bilingüismo retomando las didácticas que se utilizan para las segundas lenguas, todavía pendiente. Reconocer a LSA como una lengua es un gran avance para dejar de estigmatizar a quienes se comunican a través de ella, asumiendo que “las lenguas no salen indemnes del contacto con otras y que los procesos de apropiación de los sujetos también las transforman”. La riqueza de la interacción se encuentra justamente en estos intercambios que transmutan la comunicación y permiten que otras voces se escuchen en igualdad de condiciones.
Aún quedan prácticas sociales que deben transformarse, la educación debe ser inclusiva y por ende es fundamental que garantice el acceso a todos los ciudadanos sin importar su lengua, lenguaje, y modo de comunicación. Los cambios no se producen únicamente por las leyes que se establecen, la transformación debe generarse también en los docentes y alumnos, en los modos de relacionarse entre sí propiciando instancias de reflexión en los espacios de aprendizaje.
Sonia Luquez
Sonia Luquez es magister en Ciencias en la Especialidad de Investigaciones Educativas (DIE – CINVESTAV – IPN – México) . Profesora en Universidad Nacional de Entre Ríos y en Universidad Autónoma de Entre Ríos. Ha participado en varios equipos de investigación donde abordó temáticas relacionadas a la educación, el aprendizaje, la lectura y escritura.