A propósito de la muerte del reconocido y querido periodista y profesor Guillermo Alfieri, Víctor Fleitas y Oscar Bosetti, dos docentes de nuestra casa, lo recordaron con anécdotas de su vida y su labor | Compartimos, además, un especial que la Agencia Radiofónica de Comunicación realizara en 2013 con la palabra del propio Alfieri y una entrevista a la escritora Selva Almada, donde evoca la importancia de su figura en su paso por la FCEDU
El domingo 3 de junio de 2018 murió en la ciudad de Paraná, a los 82 años, Guillermo Alfieri: un ser curioso, lo que lo convirtió de manera natural en periodista; porque «el periodismo es curiosidad», repetía incansablemente.
Fue maestro de generaciones de periodistas en la región, especialmente, de quienes pasaron por la Facultad de Ciencias de la Educación, desde mediados de los 80; momento en que Alfieri desembercaba en Paraná, tras largos años de encierro en La Rioja.
Según Víctor Fleitas, docente de la FCEDU y periodista de El Diario, fue «una referencia ineludible» tanto para estudiantes como para colegas que alguna vez «lo escucharon hablar o lo vieron ejercer el oficio»: «Creía que el rigor en la información era una materia prima insoslayable; también es verdad que su primer gesto era siempre documentarse con la mejor calificada fuente disponible. No adhería a la adjetivación grandilocuente, ni para cuestionar ni para elogiar». [Seguir leyendo: «Una pérdida inestimable», por Víctor Fleitas]
En sus años transcurridos en La Rioja forjó la experiencia cooperativa del diario El Independiente. Fleitas cuenta que Alfieri la rememoraba como su “época de oro”. De todas formas, «si su fase riojana fue excelsa en lo personal –destaca Fleitas–, Paraná pudo disfrutar de su madurez como intelectual, tanto en sus aventuras profesionales como por su participación en las gestiones en Ciencias de la Educación, en una etapa donde la recuperación democrática era un combustible magnífico para los deseos de transformación».
De aquello habla también el Prof. Osar Bosetti, trayendo a la memoria un encuentro en La Paternal, promediando los 80, en la casa de Jorge Rivera, donde también estaba Alejandro Horowicz y Leonardo Moledo: «Cuando el sol ya se había despedido de otro día, apareció el Guille. Pitando un cigarrillo negro, que sería el primero de una larga serie, con su garganta arenosa y una verba fluida y llena de matices, nos contó sus proyectos para gestionar la Licenciatura en Comunicación Social de la UNER«. Al otro día, tras intensas charlas, todos le dijeron que sí: que formarían parte del plantel de Profesores de la Facultad de Ciencias de la Educación. [Seguir leyendo: Por/para Alfieri: Recuerdo de una picada en La Paternal (y otras tantas imágenes), por Oscar Bosetti]
Alfieri es «una de esas personas que una conserva en la memoria como un maestro», contaba Selva Almada el año pasado, en una visita a la ciudad donde el Área de Comunicación Institucional de la FCEDU tuvo la oportunidad de entrevistarla: «Cuando todavía quería ser periodista, Alfieri era un modelo de lo que aspiraba a llegar. Además él después me llevó a trabajar un tiempo a El Diario como correctora y recuerdo eso con mucho agradecimiento», contó Almada, entre otras cosas que le agradece con cariño. [Seguir leyendo: El deseo de escribir: Almada recuerda a Alfieri]
Capítulo 444 de la ARC | Guillermo Alfieri: Ser periodista
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