Sostener los gestos de transmisión y el placer del oficio docente universitario

La FCEDU dictará la Especialización y Maestría en Docencia Universitaria | Se trata de dos carreras con gran trayectoria, cuya dirección será desempeñada a partir de esta cohorte por la Dra. Silvina Baudino | La docente e investigadora se refirió a las prospectivas de la formación y sus desafíos en el contexto actual | Asimismo, la secretaria de Investigación y Posgrado, Dra. Carina Cortassa, habló de la importancia que reviste para la tradición de la Facultad

La quinta cohorte de la carrera de posgrado Especialización en Docencia Universitaria y cuarta cohorte de la Maestría en Docencia Universitaria, se abren en un escenario atravesado por múltiples complejidades, muy distinto de la experiencia inicial. Sin embargo, el propósito sigue siendo, «constituir un colectivo de docentes y estudiantes de posgrado donde el placer por el oficio docente universitario sea el gesto que se vaya consolidando en medio de las múltiples voces y posicionamientos», sostiene Silvina Baudino, directora de la carrera.

«Tanto la Especialización como la Maestría en Docencia Universitaria son dos carreras de posgrado con fuerte raigambre en el ámbito de la Facultad de Ciencias de la Educación. La dirección ejercida durante años por la Profesora Susana Celman las ha dotado de una impronta particular, que seguramente se mantendrá y se proyectará con nuevo impulso bajo la actual gestión de la Dra. Silvina Baudino», remarcó por su parte la secretaria de Investigación y Posgrado, Carina Cortassa. Asimismo, agrega: «Desde sus primeras cohortes, las carreras han despertado el interés de numerosos profesionales que se desempeñan en la docencia universitaria, provenientes de nuestra Universidad y de instituciones de todo el país. Eso se refleja en una matrícula que se ha ido incrementando y diversificando a lo largo de las sucesivas ediciones y, por otra parte, en el buen número de graduados que ambas han generado».

Acerca de la formación y sus nuevos desafíos

«Esta carrera se propone un espacio tiempo propicio para hablar, pensar, escribir, transmitir, compartir, en esa cuestión fundante de toda práctica educativa que es la transmisión de saberes. El campo de las prácticas docentes plantea hoy un enorme desafío. Muchos interrogantes llevan a tener que imaginar modos pedagógicos otros, diferentes a los que conocemos, aunque pensándolos, haciéndolos, imaginándolos, sin olvidar que como todo acontecimiento histórico pronto devendrá de otra manera: que no serán las de hoy, pero tampoco serán las de antes«, destaca Baudino luego de repasar algunas cuestiones formales de la carrera: las clases tienen una frecuencia quincenal. Al finalizar el cursado de los tres semestres y el trabajo integrador, se obtiene el título de Especialista en Docencia Universitaria y en el caso de la Maestría, incluye un semestre más y la elaboración de una tesis para contar con el título de Magister en Docencia Universitaria.

Sin embargo, lo más resonante vuelve a ser aquello que Baudino resaltaba como un espacio-tiempo compartido: esa es la mayor apuesta, en este contexto de dispersión y distanciamiento. «Estas carreras son de carácter presencial, pero hasta tanto las condiciones sanitarias en nuestro país lo permitan, se desarrollarán de manera virtual. Es indudable que la pandemia ha trastocado totalmente la vida en general. Hemos tenido que reinventarnos y reinventar modos de estar juntos, pensando unos espacios, unas institucionalidades, unos tiempos que si las condiciones de posibilidad fueran otras, quizás, no habría ni atisbos de muchas de ellas. En ese sentido, la apuesta fundamental es que podamos continuar haciendo cosas que nos hagan bien, seguir sosteniendo colectivamente algunos gestos de transmisión, crear juntos formas otras de prácticas institucionales, que sigan sosteniendo el placer por el oficio docente. Creo que esta es una apuesta que sólo podemos sostenerla compartiendo tiempos, trayectos, saberes, ideas, gestos».

Baudino advierte que «las marcas del aislamiento y del distanciamiento social que estamos atravesando, seguramente, harán huellas muy profundas en las nuevas contemporaneidades». Por eso, las expectativas de la carrera tienen que ver, fundamentalmente, «con continuar apostando por la construcción de un mundo»: «Estos modos múltiples de estar siendo docentes –presenciales y mediados por la tecnología– seguramente dejarán huellas muy particulares en las trayectorias de formación singulares. Por eso hoy considero que el desafío es transversal. No deja ninguna trama individual ni social desafectada. La presencia en tanto tal ha mutado, sin embargo, el desafío de las prácticas docentes sigue siendo –estoy convencida– disfrutar del placer de compartir con otros algunos saberes, algunas experiencias, algunos interrogantes. La invitación a sumarse a este posgrado tiene que ver con este desafío».

La apertura de estas nuevas cohortes se apoya en una trayectoria de formación de docentes, de profesionales de Ciencias de la Educación, de comunicadores sociales con mención en Educación, con numerosos posgrados en el campo de la Educación. «La Facultad de Ciencias de la Educación incorpora estas propuestas de posgrado por considerarlas una necesidad y un área de vacancia. Nos encontramos con una gran cantidad de docentes de nuestra Universidad que no poseen formación en docencia universitaria; por otro lado, existe un gran requerimiento por parte de docentes de UADER y también hay quienes desarrollan su función docente en universidades privadas pero que no cuentan con posgrados de este campo de formación. También tenemos muchas consultas de personas de otras provincias, preocupadas por una formación pedagógica específica en el nivel universitario», detalla la directora.

Expectativas

Por lo dicho antes, «algo que atrapa de esta carrera es esta heterogeneidad de voces que se despliegan desde distintos campos profesionales». Silvina Baudino explica, precisamente, que se trabaja «a partir de sus propias trayectorias e itinerarios de formación, de los interrogantes y problemáticas que cada quien trae desde esos campos, formulados desde sus singulares prácticas en el nivel universitario, situadas en instituciones muy diversas, inscriptas en marcos curriculares diferentes, con orientaciones pedagógicas heterogéneas y complejas, con recorridos sociales y educativos construidos desde campos profesionales y disciplinares muy diversos».

En este sentido, «las expectativas son muchas». «Una de las mayores expectativas es que cada quien encuentre en estas carreras un espacio tiempo, una ocasión, para construir intercambios sobre el oficio docente universitario; unas instancias de reflexión y análisis de la acción pedagógica. Es imprescindible generar estos lugares y el espacio tiempo de los posgrados, creo, puede ser uno de ellos. Hoy más que nunca, seguimos afirmando la importancia vital de construir gestos pedagógicos colectivos, que nos sostengan en este mundo donde lo normalizado ha dejado de ser normal y muchos de los rituales humanos y humanizantes han sido destituidos por lo excepcional«.