Nadia Ahumada y Luciana Basso, referentes de la autoridad de aplicación del Protocolo ante violencias sexistas de la UNER, mantuvieron un encuentro de formación con el Personal Administrativo y de Servicios de la FCEDU | La capacitación, llevada a cabo el 15 de mayo, es el inicio de una serie de encuentros que se seguirán manteniendo y se enmarcan en una serie de acciones a nivel de políticas universitarias nacionales
En el marco de la herramienta del Protocolo de actuación ante las violencias sexistas en el ámbito universitario, se llevó a cabo una capacitación propuesta por el Personal Administrativo y de Servicios de la FCEDU, dirigida a este mismo claustro. «Fue una iniciativa suya, lo cual nos parece sumamente importante porque significa que hay un interés sobre la problemática y sobre el accionar frente a la problemática, es decir, que es un claustro que no está ajeno y que no está mirando para otro lado», observó Nadia Ahumada, Licenciada en Trabajo Social, integrante del equipo de autoridad de aplicación del Protocolo, junto a la Lic. en Comunicación Social Luciana Basso.
Celina Sena, encargada de Mesa de Entradas de la FCEDU en el turno tarde, comentó que a raíz de inquietudes con respecto a la aplicación del protocolo, hicieron una presentación desde dicha área, específicamente, sobre «la parte administrativa del tratamiento de un expediente en relación a violencia de género». Sena señaló que «las dos representantes fueron muy claras en los conceptos, en las explicaciones» y aplaudió «que ésto se haga y se repita en la FCEDU».
Por su parte, Eleonora Friederich, representante del Protocolo por el claustro PAyS en la Facultad de Ciencias de la Educación, destacó la realización de la actividad en tanto permite construir y habitar la institución para que nos aloje desde el respeto a la diversidad y desnaturalice cualquier tipo de manifestación violenta y discriminatoria.
Transformaciones institucionales
La decana Gabriela Bergomás explicó que, por un lado, la iniciativa responde a la necesidad del Personal de aclarar y analizar los procedimientos correspondientes para atender los casos atravesados por esta temática, y su correlato en cuanto a los pasos administrativos. Por otro, se enmarca en las acciones impulsadas desde la vigencia del Protocolo de Actuación contra las Violencias Sexistas en nuestra Universidad.
A su vez, comentó Bergomás, el CIN acaba de firmar el acuerdo para adherir a la Ley Micaela que justamente tiene como uno de sus ejes prioritarios la capacitación en estas temáticas en el ámbito de los organismos públicos. De hecho, la actividad del 15 de mayo es el inicio de una serie de encuentros que se seguirán manteniendo y contarán con certificación.
En este marco, según informó la decana, se incorporó el protocolo como bibliografía obligatoria para todos los concursos del Personal Administrativo y de Servicios de la FCEDU.
Además, anunció que la Facultad de Ciencias de la Educación será sede del Primer Encuentro “Género y Universidad” de la Red Interuniversitaria por la Igualdad de Género y en contra de las Violencias (RUGE) que se realizará el 14 de junio y contará con una actividad abierta para toda la comunidad universitaria interesada.
Desarmar la violencia desde la Universidad
La jornada propuso «charlar alrededor de la herramienta, cómo se construyó, cómo llega a la universidad. Lo complejo que es generar nuevos marcos de institucionalización a partir del protocolo y de las nuevas legislaciones que el país va adoptando en materia de construcción del derecho de las mujeres y disidencias sexuales, y de cómo eso tiene que ir generando un ambiente educativo diferente», señaló Ahumada.
En ese sentido, ambas referentes remarcan que la Universidad no es cualquier institución, sino que se propone «trabajar en pos del conocimiento y producir herramientas para intervenir en la realidad» y que el protocolo interpela para pensar «qué estudiantes queremos y qué graduados queremos, cómo van a intervenir las profesionales y los profesionales que se formen en nuestra universidad«. De esta manera, la Universidad no está por fuera de las problemáticas sociales, sino que es un lugar donde esas problemáticas se producen y se reproducen también.
Luciana Basso y Nadia Ahumada comentaron que, en esta primera instancia –que continuará replicándose–, despejaron dudas y trabajaron «con los principios rectores del protocolo: la no revictimización, el respeto y la privacidad, la actuación con celeridad, la corresponsabilidad en la resolución del conflicto, el asesoramiento gratuito y la intervención interdisciplinar«.
Para terminar, Luciana Basso destacó que «pensar la Universidad como un espacio productor y reproductor de las violencias no es grato, pero visibilizarlo, nombrarlo, es el primer paso para que eso deje de suceder». Y, si bien «no vamos a transformar los espacios de violencia solamente en la universidad –agregó–, porque necesitamos cambios que son muchos mas profundos, sí tenemos una responsabilidad como universidad pública». En ese sentido, puso de relieve la necesidad de transversalizar esta mirada, pues la violencia de género «obtura dos derechos que son humanos, que es el derecho a la educación y el derecho al trabajo. Cuando la violencia de género, la violencia sexista, está presente y se ejecuta, está violando otros derechos, en este caso el derecho a educarnos y el derecho a trabajar».
Conocé más del Protocolo y sus referentes de aplicación en la FCEDU
Fecha: 16/5/19